sábado, 21 de agosto de 2021

Los Doce Pasos y sus comparaciones bíblicas.


1. Admitimos que no teníamos poder sobre nuestras adicciones y comportamientos compulsivos y que nuestras vidas habían llegado a ser inmanejables.

“Yo sé que en mí, es decir, en mi naturaleza pecaminosa, nada bueno habita. Aunque deseo hacer lo bueno, no soy capaz de hacerlo.” (Romanos 7:18)

2. Llegamos a creer que un poder más grande que nosotros puede restaurarnos a la cordura.

“Pues es Dios quien produce en ustedes tanto el querer como el hacer para que se cumpla su buena voluntad.” (Filipenses 2:13)

3. Tomamos la decisión de entregar nuestras vidas y nuestra voluntad al cuidado de Dios.

“Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios.” (Romanos 12:1)

4. Hacemos un minucioso y audaz inventario moral de nosotros mismos.

“Hagamos un examen de conciencia y volvamos al camino del SEÑOR .” (Lamentaciones 3:40)

5. Admitimos ante Dios, a nosotros mismos y ante otro ser humano, la naturaleza exacta de nuestros pecados.

“Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros para que sean sanados.” (Santiago 5:16)

6. Estamos completamente listos para que Dios remueva todos nuestros defectos de carácter.

“Humíllense delante del Señor, y El los exaltará” (Santiago 4:10)

7. Humildemente le pedimos a Dios que remueva todas nuestras deficiencias.

“Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad.” (1 Juan 1:9)

8. Hacemos una lista de todas las personas a quienes hemos lastimado y llegamos a estar dispuestos a enmendar todo lo que les hicimos.

“Traten a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes.” (Lucas 6:31)

9. Hacemos enmiendas directas a esas personas siempre que sea posible, excepto si cuando al hacerlo pueda lastimarlas o lastimar a otras.

“Por lo tanto si estás presentando tu ofrenda en el altar y allí recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí delante del altar. Ve primero y reconcíliate con tu hermano; luego vuelve y presenta tu ofrenda.” (Mateo 5:23–24)

10. Continuamos haciendo el inventario personal y cuando nos equivocamos lo admitimos inmediatamente.

“Por lo tanto, si alguien piensa que está firme, tenga cuidado de no caer.” (1 Corintios 10:12)

11. Buscamos a través de la oración y la meditación mejorar nuestra relación con Dios, orando sólo para conocer Su voluntad para nosotros y poder para llevarla a cabo.

“Que habite en ustedes la palabra de Cristo con toda su riqueza.” (Colosenses 3:16)

12. Después de haber tenido una experiencia personal como resultado de estos pasos, intentamos llevar este mensaje a otros y practicar estos principios en todas nuestras áreas.

“Hermanos, si alguien es sorprendido en pecado, ustedes que son espirituales deben restaurarlo con una actitud humilde. Pero cuídese cada uno, porque también puede ser tentado.” (Gálatas 6:1)

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